El Diablo Viste de Prada (2006), de David Frankel
Seguimos recorriendo los diseños de oficinas más resaltantes de la pantalla grande
El diseño de interiores de El Diablo Viste de Prada (2006) fue un hito al momento de salir la película. No solo la incomparable actuación de Meryl Streep como Miranda Priestly fue el foco de las miradas y excelentes críticas, sino también la estéticamente brillante organización de elementos del edificio de Runway, prestigiosa revista sobre moda en Manhattan, New York.
En sí, El Diablo Viste de Prada nos cuenta una historia bastante típica de comedia romántica: Andy (interpretada por Anne Hathaway) es una universitaria recién graduada que apunta alto. El caso es que, a pesar de conseguir trabajo en la prestigiada revista Runway, se convierte en asistente de la diabólica editora Miranda Priestly (Meryl Streep) … y allí comienza todo.
Lo primero que captura el ojo en la película, con la llegada de Anne Hathaway a las oficinas de Runway, es la amplitud de los espacios, la tonalidad blanca que lo abarca todo y como estos dos factores engañan el ojo para crear sensación de luminosidad en espacios cerrados.
Pero esa blancura minimalista no quiere decir que estas oficinas exhalaran sencillez… todo lo contrario. La exuberancia y opulencia son parte clave de la personalidad de Miranda Priestly y así lo exhibe en su exquisito sentido del diseño y la decoración.
Jess Gonchor (encargado del diseño de producción) se encargó de personalizar cada espacio para darle el toque perfecto de acuerdo a la diabólica y estilista personalidad de las editoras de la revista Runway. Todos los críticos coinciden en que tanto Gonchor como la decorada escenográfica, Lydia Marks, lograron un trabajo impecable con el mobiliario y la decoración, creando uno de los sets de grabación más hermoso de las películas.
También destaca la paleta de colores de la escenografía, en la que resaltan a simple vista el blanco y el negro, acompañado de paredes repletas de fotografías. Estas galerías fotográficas son parte esencial de la personalidad de Miranda Priestly, marcado por su intenso estilo chic, pulcro, eficiente y femenino.
Lo más interesante del diseño de las oficinas de El Diablo Viste de Prada es que a pesar de lo marcadamente femenina que es la revista Runway, la sobriedad de la decoración y la tonalidad de colores crea un ambiente sin genero definido, tal cual es Miranda Priestly, un ente que se acerca casi a la divinidad.
