Aprender a descansar en la jornada laboral

Tomar “breaks” de 15 minutos en las mañanas y las tardes ayuda a optimizar el rendimiento laboral.

Hasta hace 10 años los descansos en el trabajo eran considerados un descaro de los empleados, quienes, se suponía, debían estar completamente activos y produciendo sin parar, las horas que les correspondía laboral.

Esto en la actualidad es más visto como una barbaridad que una actitud de ética laboral adecuado para el bienestar de los empleados. Las empresas más vanguardistas han enfocado sus esfuerzos en darle a sus trabajadores espacios para el descanso y la distracción, muchos se preguntarán, ¿por qué? ¿por qué darles a los empleados lugares para el ocio si lo que se quiere de ellos es aumentar la producción y el aumento de los activos?.

Está comprobado por estudios científicos que el forzar a los trabajadores a jornadas laborales extenuantes y agotadoras no logrará más que aumentar su riesgo de salud, tanto física como emocional. Nada que una siesta de 10 minutos, o 15 minutos de revisar las redes sociales no puedan aliviar. Después de todo, estos 25 minutos beneficiaran más al dueño de la empresa que a nadie más, pues conseguirá que el empleado se avispe y realice sus tareas más activo que antes.

El miedo a que el rato de ocio tenga el efecto opuesto es algo latente y, sin duda, será una decisión que al principio parecerá arriesgada, no en todos los casos se dará que el empleado tenga un arranque energético, pero se ha comprobado que son más los beneficios que las pérdidas que se obtienen con estas prácticas.

Como bien dice el dicho: mejor apostar por empleados productivos con 10 minutos de inactividad laboral, que por un día completo de empleados improductivos.