La personalidad de marca y los espacios
Una forma corporativa de comunicar estilo, autenticidad y dinamismo.
Desde siempre, las organizaciones que se interesan por sus colaboradores y clientes, y desean mantenerse en el mercado a largo plazo, buscan destacar del resto con alguna característica particular, pero ¿en la actualidad es realmente necesario diferenciarse de la competencia? Indudablemente, sí.
En los nuevos tiempos es muy importante que las personas sepan quién eres y cómo eres. Dar a conocer las características, ventajas, valores y creencias de la organización definen la esencia y alma de la marca representando la personalidad, que se convertirá en la forma de comunicar todos los atributos y productos de la empresa de forma innovadora, diferente y única.
Al hablar de personalidad de marca, se hace referencia a un conjunto de características emocionales y asociativas conectadas a una empresa. Estas moldean la forma de sentir e interactuar con la marca de todas las personas involucradas con el negocio, haciendola parte de su día a día y logrando diferenciarla de la competencia. Por ello, es crucial definir una personalidad a largo plazo, siempre tomando en cuenta las características de los clientes reales y potenciales de la organización ¿Formal, divertida, ecológica, amigable? No importa el motivo, importa como la representes y la hagas recordar.
De esta manera, las organizaciones necesitan adaptarse a los cambios y crear espacios para nuevos tiempos: innovadores, funcionales, tecnológicos y por supuesto, con personalidad. Todas las áreas de trabajo, contract y de tránsito como las oficinas corporativas, los aeropuertos, los hoteles e inclusive las instituciones educativas están atravesando una auténtica revolución, dejando atrás el tradicional entorno físico que simplemente acogía el mobiliario para los usuarios, para convertirse en una estrategia novedosa de representación de la personalidad de marca que permite a las empresas enlazar sus retos y oportunidades de transformación con la necesidad de bienestar y satisfacción para sus trabajadores y consumidores.
Sin duda, la personalidad de una marca va más allá de una forma prediseñada de actuar, se tiene que convertir en una herramienta de comunicación capaz de contar la historia y filosofía de la empresa.
Crear entornos que emocionen, que conecten de forma positiva al usuario con sus actividades, o al cliente con el producto, que lo ayuden a desarrollar todo su potencial, que sean la carta de presentación de la organización. De tal forma, se crean nuevas posibilidades de transmitir una verdadera experiencia de marca dentro de los espacios. Una experiencia que va más allá de la cotidianidad o trabajo, una experiencia que tiene en cuenta aspectos emocionales, sensoriales, percepciones y sensaciones. Una experiencia que vive el usuario cuando interactúa con el entorno y que unicamente se puede lograr al plantear una escala de valores diferente, en la que se aprecie y se promueva la sostenibilidad, la colaboración, el bienestar y la integración de la tecnología en todos los procesos.
En tal sentido, las organizaciones que aspiran comunicar su personalidad de marca mediante la creación de espacios deben considerar y creer que es importante la implementación de nuevas áreas que cumplan con las necesidades de todos sus públicos; siendo lo más importante la comodidad, el flujo de comunicación o intercambio de ideas, productividad y funcionalidad y ¿por qué no? áreas que promuevan la inspiración y relajación de los colaboradores.
